Y es que tras los deliciosos temas de su EP con temas como Hush y Big Waves (que no incluyen en este largo) era difícil mantener el nivel durante 13 canciones.
Y aunque conserven ese rollo sueco que últimamente está entrando en zona peligrosa (ya he oído más de una vez ese ¿otro grupo sueco?) donde las melodías femeninas a lo Cardigans, Sambassadeur o Shout Out Louds cogen un desvío y se mezclan con unas potentes guitarras distorsionadas con aires Raveonettes consiguiendo auténticos singles potenciales como Mother's Tears, Cherry Blossom o Marble Gods.
Un discazo que no cansa en absoluto y que pone a estos suecos en el top of the pops de su país, en un año quizá más flojo para el pop nórdico.
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